Actualidad, Huelva

¿Dónde está Buffalo Bill?

Buffalo Bill, Toro Sentado, Calamity Jane y demás fauna vinieron después. Antes, su mundo se separaba entre el este (sinónimo de civilización, progreso y cultura) y el oeste: lo que había más allá de la frontera. Terreno inhóspito, lejano y salvaje. Era la Norteamérica del siglo XIX, donde y cuando se forjó la leyenda de los Estados Unidos. Donde y cuando, a fuerza de sangre y fuego, el lejano oeste fue quedando cada más cerca, y lo salvaje se civilizó.

En Europa, el sur ha sido siempre nuestro particular far west. Norte y Sur. Progreso y subdesarrollo. Dos velocidades y un distanciamiento progresivo. Pura física. La propia UE ha tratado de corregir esta situación a golpe de talonario: Fondos que viajan de los bolsillos de los más ricos a los de los más pobres y de los que se ha beneficiado, por ejemplo, Andalucía durante un montón de años.

Sin embargo, como en una muñeca rusa, dentro de la región pobre hay otra región pobre, y dentro de esta, otra más. A veces siento que en Huelva estamos dentro de la pequeñita del todo. Ahora, aunque las diferencias entre norte y sur continúan, se está abriendo una nueva brecha entre el este y el oeste. Entre una muñequita rusa y la que le sigue. Así, el salvaje oeste se va haciendo aún más salvaje cuanto más se civiliza el este. Y lo mismo en el norte y el sur. Lo chungo de verdad es que nosotros, queridos onubenses, estamos al sur y al oeste.

Si echas más harina en el lado que más pesa de la balanza, el desequilibrio crece. Esto también es pura física. Así que no termino de entender cómo Huelva ha quedado tan absolutamente aislada en el reparto de la tarta europea del transporte. Los corredores Mediterráneo y Central, la red básica de transporte que determinará el futuro a medio plazo de las regiones europeas, terminan en Sevilla. Como el AVE. Como casi todo.

Ochenta y pico kilómetros, cuatro duros, hacen de Huelva una provincia cada vez más periférica, cada día más amputada, más abandonada en cada plan de inversiones. Más fronteriza. Somos el viejo oeste de Europa, de España y de Andalucía. La última muñeca. La última mierda. En los diez últimos años, en todos y en cada uno de ellos, Huelva fue la provincia andaluza en la que se invirtió menos en obra pública. Así que no me vengan con cuentos sobre el equilibrio interregional y la discriminación positiva entre territorios. Diez años de inversiones son un mundo, y las administraciones (de todos los colores) se han encargado de separarnos cada vez más del resto. Envidio los acalorados debates de otras provincias andaluzas: que si metros, que si tranvías, que si circunvalaciones… La mayor disputa en Huelva es sobre una estación de tren fantasma (sí, como en el Oeste) a la que no llegará nada porque nadie nos quiere traer nada. Un paripé en toda regla.

En alguna ocasión os he dicho que no podemos estar permanentemente llorando nuestra pena, dándonos cabezazos contra el muro de las lamentaciones del agravio, sin hacer nada más que eso. No podemos estar así siempre, pero cuando ves que a tu alrededor todo es alegría por el puñetero Corredor Mediterráneo mientras tu provincia se muere del asco, del aburrimiento y la frustración. Cuando ves eso, digo, te entran ganas de subirte al Santuario de la Cinta a rezar para que, algún día, podamos votar a un político decente, comprometido y luchador que defienda su tierra. Y no a la panda de calientasillones, pelotas y catetos que van a Madrid todas la semanas (desde Sevilla, claro) con la única intención de codearse con la jet de la política española y comer montaditos en el Museo del Jamón, hasta que engordan tanto que el partido los trae de vuelta, a vivir la vida. Porque Huelva, para ellos, no existe más que en la estadística que los colocará o los quitará de allí cada cuatro años. Toca rezar, decía, para que algún día venga nuestro Buffalo Bill a conquistarnos y civilizarnos. Como en el viejo oeste. Como en el siglo XIX. Así estamos…

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.