Actualidad

Denunciad, denunciad, malditos

La Ley Antitabaco (mejor ‘antifumadores’, porque contra el
tabaco dice bien poco) va camino de convertirse en el último punto
de ruptura de las dos Españas. En un tiempo en el que ser de
izquierdas o de derechas tiene poco o ningún sentido, Zapatero se
saca esta ley de la manga y consigue lo que no hicieron ni Madrid
ni Barça, ni PSOE ni PP, ni La Sexta e Intereconomía, ni Ser ni
Cope: que los ciudadanos nos denunciemos unos a otros, incluso nos peguemos, en una
espectacular carrera hacia el número uno en Gilipollez, así, con
mayúsculas. Es que en un país de tontos, como es este, no cabía
otra. De modo que si vamos por la calle y vemos cómo unos niñatos
le dan una soberana paliza a un pobre infeliz, decidimos mirar para
otro lado. O si, ya en casa, escuchamos una vez más los
golpes del vecino de arriba, y los gritos de la vecina, subimos el
volumen de la tele. Somos capaces de mirar de reojo cómo roban en
un coche, pero ¡ehhhh, quieto parao! que si el tipo este que tengo
a mi lado se está fumando un cigarro a 10,89 metros de un parque
infantil, llamo inmediatamente a la policía. Lo dicho: un país de
imbéciles profundos. La invitación de Pajín, respaldada ayer por
Zapatero, a denunciar cualquier incumplimiento de la Ley Antitabaco
(me juego el cuello a que no la ha leído ni el 1% de los españoles)
es una prueba más de que este Gobierno sabe muy bien cómo se juega
al despiste, aun a costa de coartar libertades (os recuerdo: Estado
de Alarma, Ley Sinde…). Si esta soberana estupidez se acompaña de
tonterías mayores, como la de Terminator-Facua de convertirse en
una especie de cruzado de la legalidad, nos vemos como estamos. La
Inquisición Tabaquística Española, el Santo Tribunal del Humo, está
naciendo para alabanza y gloria de Pajín, Trini Jiménez, Zapatero,
el pavo este de Facua (el que sale en todas partes pero nadie sabe
cómo se llama) y cualquier gilipollas con móvil y dedo veloz que
marca el 092 cada vez que ve una colilla (y dice: aquí han fumao).
No me extrañaría, a este paso, que empiecen a circular fotos de los
delincofumadores denunciados, al estilo poster
etarra, o de que a esta nueva Policía
Ciudadan
a le de por grabar en su móvil los delitos
cometidos, como prueba de sus denuncias. Eso sí, denunciar un robo,
un maltrato, una agresión… eso no, no sea que me
enmarronen… La fiesta está servida. A
ciudadanos incivilizados e irrespetuosos que fuman a sabiendas de
que está prohibido súmense aburríos de la vida e intolerantes.
Agítese bien con manipulación y cortinas de humo y obtendrá esta
deliciosa mezcla que va a dar muuucho juego en los próximos meses,
ya verán, porque en el país de los tontos, la tontería es la
reina.

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