Periodismo

El general y las circunstancias

Solo los grandes generales son capaces de hacer, de sus ordenados ortodoxos ejércitos, entes heterodoxos que se adapten al enemigo y a las circunstancias de cada batalla. La capacidad de mutar, la arrolladora fuerza de la sorpresa. En el siglo veintiuno, las grandes batallas se libran de manera muy distinta, pero hay pilares sobre los que nunca dejará de apoyarse el hombre. Evolución. Y en este siglo, decía, evolución es sinónimo de innovación.

Con la llegada de la versión 3.0 de Orbyt, la gente de Unedisa, con su capitán general, Pedro J., a la cabeza, han demostrado una vez más lo que ya dije cuando comparaba esta plataforma con la Kiosko y Más de Vocento y Prisa (entre otros): solo creando tecnología propia se tiene la capacidad de mejorarse continuamente a uno mismo y de hacer prácticamente lo que uno quiera con lo que tiene. O sea: capacidad de cambiar el paso si las circunstancias lo requieren, como de hecho ha ocurrido con Orbyt tras la aparición de competencia en un mercado al que le queda aún mucho, muchísimo, por crecer. Y por mutar.

Con algún bug que otro y un sistema aún algo pesado, especialmente –y curiosamente- desde un ordenador, Orbyt 3.0 empieza a hacer algún guiño a lo que siempre he dicho que debe ser el futuro de estas plataformas: la actualización permanente de contenidos. Al incorporar las Noticias Actualizadas (una de las funciones de lo que llaman Rueda 3.0), el lector puede conocer al momento cómo ha evolucionado una noticia desde que se publicara su versión en papel el día anterior. No he escrito “algún guiño” por casualidad: a las Noticias actualizadas de Orbyt les queda mucho aún para ser lo que pretenden. La mayoría de las veces lo que hacen es relacionar nombres y conceptos con otras noticias del día. No es realmente, salvo en contadas ocasiones, una actualización real. En cualquier caso, cuando ocurre, es un gusto. El mérito de Orbyt no es tanto hacerlo bien como haber empezado a hacerlo.

La Rueda 3.0 permite además al lector relacionar la noticia con otras actuales y anteriores, lo que posibilita que el lector avezado (y con tiempo) contextualice por sí mismo cada información, que, por otra parte, puede compartir en cualquier momento a través de las redes sociales habituales, un acierto de Pedro J. que, como ya os conté en alguna ocasión, fue llegar a Twitter y calarlo: si no compartes, no eres nadie.

Total, que así, a lo tonto, Orbyt tiene ya más de 40.000 suscriptores. No está nada mal, aunque de lo que hay a lo que debe haber media un abismo. Dos detalles, solamente:

1)  Más multimedia. El vídeo es a Internet como la tinta al papel. Falta mucho vídeo en Orbyt. Ignoro cómo está montado societariamente el tinglado multicanal de Unedisa, pero teniendo en sus manos toda una cadena de televisión (Veo 7), no utilizar su material para mejorar la plataforma es un sinsentido a estas alturas del partido.

2)  Más conversación. Espero con santa paciencia a que llegue el día en que los periodistas firmen con una arroba. No es normal que siga habiendo plumillas sin cuenta en Twitter, y mucho menos que quienes la tengan no la saquen a pasear. El lector 2.0 necesita conversar con el medio 3.0. Por eso, permitir e incluso fomentar la conversación es una condición sine qua non de cualquiera que pretenda hacer algo decente en Internet. Orbyt, como las otras plataformas, deben dar un paso adelante en este sentido y propiciar la conversación en torno a sus informaciones, ya sea mediante una red social interna, ya (por qué no) usando directamente Twitter y, en menor medida -por sus propias características-, Facebook.

El primero que lo haga será, como mínimo, el más valiente. Hasta ahora, Pedro J. ha demostrado ser un general osado y tenaz. Apuesto a que también se atreverá con esto. Evolución, decía.

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